Día 11
Hoy nos hemos puesto rumbo a Bilbao, a pasar el día allí. El camino es precioso, bosque y mas bosques. La ciudad me ha encantado (excepto la costumbre de mi madre de ir a los mercadillos de gitanos de cada ciudad, grgrgr). Bilbao está como dentro de un valle y atravesada por la Ría que lleva el nombre de la ciudad. Había muy poca gente en la ciudad y se respiraba tranquilidad y limpieza. Visita obligada al Guguenjein: Es impresionante por fuera, y la ría, y todas las casas de la zona, peeero, buff, a ver, el interior a nivel constructivo es una pasada (he subido en un ascensor con capacidad para 56 personas, 4200 kilos y tres metros de alto. Se nota que es de Bilbao joder). Como decía, en el museo me he aburrido un poco, me da rabia el no saber apreciar muchas cosas del arte. Había mucho arte abstracto y reliquias de culturas aztecas y demás que no me dicen nada. Lo que más me ha gustado son unas esculturas enormes, con formas de espirales y ondas a modo de pequeños laberintos por los que podías pasear. Y lo que menos, unas pantallas puesta en columna, como las que hay en el metro para poner la estación, temperatura, etc... pero de un par de pisos de altura. Iban pasando pequeños mensajes de abajo hacia arriba y era físicamente mareante.
Me he reído mucho en un mercadillo que había en el casco antiguo. Había unos cuantos manteros vendiendo películas y discos, y había uno autóctono que anunciaba: ”los negros a cinco, yo a tres!!!!” Jajaja.
Valencia no esta mal, pero Bilbao es otro mundo.
Ambulancias de color rosa XD
El famoso metro de Bilbao